Estoy sola, Milly... Milly también me ha abandonado... los duendecillos desesperan y yo también no se que hacer con ellos, sin Milly y Maddie esto es un caos... soy nueva aquí y los duendecillos aun no me tienen mucha confianza... hace poco me encontre un hada en la ventana tenía las alas pegadas, no podía volar, y su grupo se había ido, se encontraba sola, como yo ahora, el hada no volvió con su grupo pues me ha dicho que este a cruzado la Gran Puerta Azul ya, y que no volveran hasta el próximo otoño o tal vez hasta el próximo verano, mientras tanto me hace compañia y habla conmigo, sin volverse tan histérica como se vuleven los duendecillos, viene y va, no está aquí todos los días si no que se pasa de vez en cuando y siempre cuando más la necesito. La Gran Puerta Azul es la puerta que según he oido y he escuchado a Maddie cuando estaba aquí, es la Puerta que conduce al mundo de los sueños y que simplemente pueden cruzar las criaturas mágicas, dicen que hay otra Puerta Azul de la cual pueden cruzar los humanos o criaturas sin luz, pero solo aquellos humanos que son capaces de creer en sus sueños.
Creía que Milly iba a quedarse conmigo y que ibamos a superar todas las pruebas de la vida juntas, pero por lo visto ha decidido irse... no se a donde ni tampoco con quién... Ha dejado una carta la cual todavía no he leido, no se si hacerlo, no se si leerla... ¿Para que? Para llorar una vez más... Pero no leerla resultaría insultante para Milly y a los duendecillos les gustaría oir lo que dice, de eso estoy segura, así que mañana por la mañana o por la noche cuando todo este tranquilo, cogeré la carta y se la leere a los duendecillos, los cuales espero gustarles más dentro de poco...
Nelia, el hada, estará aquí presente en ese momento para ayudarme a trnaquilizarme antes y después de leerla...
Melinda, Desesperada...
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